29 de agosto DÍA INTERNACIONAL CONTRA DE LOS ENSAYOS NUCLEARES

 

    En 1945 se llevó a cabo el primer ensayo nuclear. Fue en el desierto de Alamogordo, Nuevo México. Desde entonces se han realizado más de 2.000 pruebas nucleares en todo el mundo. Y ello sin tener muy en cuenta los daños a poblaciones y ecosistemas. actualmente se centra más la atención en las aterradoras consecuencias del uso de este tipo de armas y de sus ensayos, generando muerte, destrucción y un enorme impacto medioambiental a través de la radiación, por ello, en 2009 la Asamblea General de la ONU aprobó por unanimidad la resolución 64/35 declarando el 29 de agosto Día Internacional contra los Ensayos Nucleares.


    Un ensayo nuclear consiste en la detonación de un arma nuclear con fines experimentales, para ver la potencia de un arma, su capacidad destructiva, aunque se han detonado bombas nucleares con otros fines, como propagandísticos, para extraer combustible o realizar algún pozo de grandes dimensiones.Los ensayos nucleares se clasifican según donde hayan tenido lugar, como atmosféricas, estratosféricas, subterráneas o submarinas.

    La historia de los ensayos nucleares comenzó muy temprano en la mañana del 16 de julio de 1945 en un desierto cercano a la localidad de Alamogordo, en el estado de Nuevo México, donde Estados Unidos detonó su primera bomba atómica.
Durante los 50 años que pasaron entre el fatídico día de 1945 y la apertura para la firma del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (TPCEN) en 1996, se realizaron más de 2000 ensayos nucleares en todo el mundo.

  • Estados Unidos llevó a cabo 1032 pruebas entre 1945 y 1992.
  • La Unión Soviética715 entre 1949 y 1990.
  • El Reino Unido45 entre 1952 y 1991.
  • Francia210 entre 1960 y 1996.
  • China45 entre 1964 y 1996.
  • India1 en 1974.
    Desde que se firmara el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares en septiembre de 1996, se realizaron una decena de pruebas con armamento nuclear: 

  • India realizó dos ensayos en 1998.
  • Pakistándos en 1998.
  • La República Democrática Popular de Corea llevó a cabo seis ensayos en 2006, 2009, 2013, 2016 y 2017, poniendo así fin a la moratoria de facto que había establecido el TPCEN.

Ensayos submarinos:
Los ensayos submarinos se refieren a las explosiones que tienen lugar en las profundidades submarinas o cerca de la superficie del agua. Se ha realizado un número relativamente bajo de ensayos submarinos. El primer ensayo nuclear submarino, Operación Crossroads, fue realizado por Estados Unidos en 1946 en sus áreas de pruebas del Pacífico en las islas Marshall con el propósito de evaluar los efectos de las armas nucleares usadas contra buques navales. Más tarde, en 1955, la Operación Wigwam de Estados Unidos llevó a cabo un único ensayo nuclear submarino a una profundidad de 600 metros para determinar la vulnerabilidad de los submarinos a las explosiones nucleares.
Las explosiones nucleares submarinas cerca de la superficie pueden desplazar grandes cantidades de agua y vapor radiactivo, contaminando barcos, infraestructuras y personas situadas en las proximidades.
Los ensayos nucleares submarinos fueron prohibidos por el Tratado de Prohibición Parcial de Ensayos de 1963.
De las más de 2.000 explosiones nucleares detonadas en el mundo entero entre 1945 y 1996, el 25% o más de 500 bombas explotaron en la atmósfera.
 
Ensayos subterráneos: 
    Los ensayos subterráneos hacen referencia a las explosiones nucleares que se detonan a profundidades variables bajo la superficie terrestre. Entre estos ensayos se encuentra la mayoría (es decir aproximadamente el 75%) de todas las explosiones nucleares durante la Guerra Fría (1945–1989); es decir, más de 800 de todos los ensayos realizados por Estados Unidos y cerca de 500 de todos los ensayos realizados por la Unión Soviética.
Cuando la explosión está totalmente contenida, el ensayo nuclear subterráneo emite una lluvia radiactiva insignificante en comparación con los ensayos atmosféricos. No obstante, si los ensayos nucleares subterráneos "descargan" en la superficie entonces pueden producir una cantidad considerable de restos radiactivos. Los ensayos subterráneos se hacen evidentes generalmente mediante la actividad sísmica relacionada con el efecto del dispositivo nuclear.
Los ensayos nucleares subterráneos fueron prohibidos por el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN) de 1996, que prohíbe todas las explosiones nucleares en la Tierra.
El 75% de todas las explosiones de ensayos nucleares durante la guerra fría fueron subterráneas.
 
Ensayos nucleares desde 1945 a 2009

El comienzo de la era nuclear

    Estados Unidos inauguró la Era Nuclear en las horas anteriores al amanecer del 16 de julio de 1945 cuando detonó una bomba atómica de 20 kilotones con el nombre en clave "Trinity" en Alamogordo, Nuevo México.
Mientras que el ensayo de Alamogordo demostró muchos de los efectos de la explosión, no consiguió en cambio aportar una comprensión con sentido de la lluvia nuclear radioactiva, que no fue bien entendida por científicos del proyecto hasta años más tarde.
Estados Unidos dejó caer dos bombas atómicas en Japón a finales de la Segunda Guerra Mundial: una fue una bomba llamada "Little Boy", sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945; otra fue una bomba denominada "Fat Man", sobre Nagasaki el 9 de agosto. Estas dos bombas juntas mataron unos 220.000 ciudadanos japoneses en el acto y más de 200.000 que murieron como consecuencia de la sobredosis letal de radiación.



Desde la "guerra caliente" a la Guerra Fría
Tratado de prohibición completa de los ensayos nucleares (TPCEN)

El Tratado:
    El Tratado de Prohibición de las Pruebas Nucleares promueve su total prohibición a nivel mundial, sean terrestres, subterráneos, subacuáticos o atmosféricos. El Tratado también tiene por objetivo obstaculizar el desarrollo de armas nucleares, ya que tanto el desarrollo inicial como la mejora sustancial (bomba H) requieren ensayos reales. El TPCEN hace casi imposible que los países que aún no tienen armas nucleares poder desarrollarlas, de la misma manera que impide que aquellos que poseen armas nucleares desarrollen armamento nuevo o más avanzado. También ayuda a prevenir los daños que causan a los seres humanos y al medio ambiente.

Un tratado sin efecto
    Para que el Tratado entre vigor son necesarias las firmas y las ratificaciones de los 44 países listados específicamente en el documento, aquellos que poseían capacidad nuclear en el momento de las negociaciones finales del Tratado en 1996.
    De esos 44, faltan ocho por firmar: China, la República Popular Democrática de Corea, Egipto, India, Irán, Israel, Pakistán y Estados Unidos. RDPC, India y Pakistán aún tienen que firmar el TPCEN. A julio de 2019, 184 países han firmado de Tratado, de los cuales 168 también lo han ratificado.

La Organización del Tratado
    Como el Tratado aún no está en vigor, la Organización se llama Comisión Prepatatoria para la Organización de la Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, u OTPCEN. Se fundó en 1996, con aproximadamente 260 personas de la mayoría de los 184 Estados Miembros del TPCEN. Su máximo responsable es el Secretario Ejecutivo, Lassina Zerbo (Burkina Faso). Las tareas principales del TPCEN son la promoción del Tratado y la construcción del régimen de verificación para que esté operativo cuando el Tratado entre en vigor.

Régimen de verificación
Es un sistema único y completo. En el corazón del régimen de verificación se encuentra el Sistema de Monitorización Internacional (IMS), que consta de 337 instalaciones repartidas por todo el mundo que monitorizan constantemente el planeta para buscar señales de explosiones nucleares. Aproximadamente el 80% de estas instalaciones ya envían datos al Centro Internacional de Datos de la sede principal del TPCEN de Viena. El IMS usa las siguientes cuatro tecnologías innovadoras:

  • Sísmica: Cincuenta estaciones sísmicas primarias y 120 auxiliares monitorizan las ondas de choque en la Tierra. La amplia mayoría de estas ondas de choque, muchos millares cada año, son causadas por terremotos. Pero también se detectan las explosiones causadas por el hombre tales como las explosiones mineras o los ensayos nucleares anunciados por el Norte de Corea en 2006, 2009, 2013, 2016 y 2017. Los datos sísmicos se combinan con datos de radionúclidos. Solo la tecnología de radionúclidos puede determinar si una explosión es de origen nuclear; Sus estaciones y laboratorios alrededor del mundo monitorean la presencia de partículas y/o gases nobles en la atmósfera.
  • Hidroacústica: Once estaciones hidrófonas "escuchan" las ondas sonoras de los océanos. Las ondas de sonido de las explosiones pueden viajar muy lejos bajo el agua.
  • Infrasonidos: Sesenta estaciones sobre la superficie pueden detectar ondas de sonido de frecuencias ultrabajas (inaudibles para el oído humano) que son emitidas por grandes explosiones.
  • Radionucleidos: Ochenta estaciones miden la atmósfera para detectar partículas radioactivas, 40 de ellas también capturan los gases nobles. Solamente estas medidas pueden dar una clara indicación sobre si una explosión detectada por los otros métodos era realmente nuclear o no. Tienen el respaldo de 16 laboratorios radionucleidos.
Inspección en el sitio
    Si los datos de las estaciones IMS indican que ha tenido lugar un ensayo nuclear, un Estado Miembro puede solicitar que se lleve a cabo una inspección in-situ para reunir evidencias que permitan hacer la evaluación final sobre si una explosión nuclear, una violación del Tratado, ha tenido lugar en realidad. Esto sólo será posible después de que el TPCEN haya entrado en vigor. Se realizaron grandes ejercicios de inspección in-situ en septiembre de 2008 en Kazajistán y en 2014 en Jordania.
    Las explosiones nucleares producen diversos tipos de efectos tremendamente destructivos en todos los aspectos. Se distinguen en dos categorías: efectos inmediatos o primarios y efectos atrasados o secundarios. Entre los inmediatos estarían la onda expansiva, el pulso de calor, la radiación ionizante y el pulso electromagnético (EMP [PEM en español]). En el grupo de los retardados estarían los efectos sobre el clima, el medio ambiente así como el daño generalizado a infraestructuras básicas para el sustento humano. A pesar de la espectacularidad de los primeros son los daños secundarios los que ocasionarían el grueso de las muertes tras un ataque nuclear. Pero los daños no solo deben medirse por separado ya que en muchos casos actúan efectos sinérgicos es decir, que un daño potencia el otro. Por ejemplo, la radiación disminuye las defensas del organismo y, a su vez, agudiza la posibilidad de infección de las heridas causadas por la explosión aumentando así la mortalidad. Es precisamente esa multitud de efectos y sinergias lo que hace de las armas nucleares las más destructivas que existen.
    La emisión inicial de energía se produce en un 80% o más en forma de rayos gamma pero estos son rápidamente absorbidos y dispersados en su mayoría por el aire en poco más de un microsegundo convirtiendo la radiación gamma en radiación térmica (pulso térmico) y energía cinética (onda de choque) que son en realidad los dos efectos dominantes en los momentos iniciales de la explosión. El resto de la energía se libera en forma de radiación retardada (lluvia radiactiva o fallout) y no siempre se suele contar a la hora de medir el rendimiento de la explosión. Las explosiones a gran altitud producen un mayor daño y flujo de radiación extrema debido a la menor densidad del aire (los fotones encuentran menos oposición) y, consiguientemente se genera una mayor onda expansiva.
    Durante tiempo antes de la invención de la bomba algunos científicos creyeron que su detonación en superficie podría provocar la ignición de la atmósfera terrestre generándose una reacción en cadena global en la que los átomos de nitrógeno se unirían para formar carbono y oxígeno. Este hecho pronto se demostró imposible ya que las densidades necesarias para que se produzcan dichas reacciones han de ser mucho más elevadas que las atmosféricas y si bien es posible que haya reacciones adicionales de fusión en el corazón de la explosión estas no aportan energía suficiente para amplificar y propagar la reacción nuclear al resto de la atmósfera y la producción de elementos pesados cesa enseguida. A pesar de todo, esta idea persiste en la actualidad como un rumor malentendido entre mucha gente.


Efectos secundarios de los ensayos nucleares, impacto ambiental:

Efectos inmediatos:
Energía desarrollada por los diferentes efectos
Onda de choqueRadiación térmicaRadiación ionizanteRadiación residual
40 - 60%30 - 50%5%5 - 10%
    En un artefacto nuclear todas las reacciones de fisión nuclear y fusión nuclear se completan estando la bomba aún intacta. En una bomba típica de unos 20 Mt se alcanza una temperatura en su interior de unos 300 millones de °C. Téngase en cuenta que el centro del Sol tan solo alcanza los 20 millones de grados. Para encontrar temperaturas de ese orden hay que ir a los núcleos de las gigantes rojas de helio. La temperatura alcanzada en cuestión de nanosegundos es enorme, pero ni siquiera esto representa el grueso de la energía de la bomba. La mayor parte de esta energía se libera en forma de radiación.

zona cero:es la zona situada en la vertical de donde se produce la explosión (epicentro) y sus cercanías. Aquí la mortalidad alcanza el 100% y todos los efectos se reciben simultáneamente sin desfase alguno. El efecto conjunto es tan brutal que no puede quedar nada en pie. Se le conoce también como área de devastación o aniquilación total.

Radiación ionizante: Aproximadamente el 80% de la energía generada por las reacciones nucleares se emite en forma de radiaciones penetrantes de alta frecuencia extremas y peligrosas para el cuerpo, impacten donde impacten. Se trata de la radiación ionizante. Esta se constituye por una serie de partículas producto de la desintegración como núcleos de helio y electrones (partículas alfa y beta, respectivamente) y de fotones o radiación electromagnética a muy alta energía (radiación gamma). Estos últimos son los realmente peligrosos, a efectos inmediatos, debido a su gran alcance y poder de penetración. Su velocidad es la de la luz por lo que sus efectos se perciben simultáneamente al flash luminoso. A pesar de eso su alcance no es demasiado alto debido a la fuerte interacción de dicha radiación con la materia lo que hace que pierda intensidad rápidamente con la distancia. 

Pulso electromagnético: Mecanismo de propagación: flujo de electrones inducido por radiación ionizante. Velocidad: relativista, es decir próxima a c.
También conocido por las siglas EMP, del inglés Electromagnetic pulse, no se le conoce que afecte directamente a los seres vivos pero si se sabe que produce importantes daños en todas aquellas infraestructuras, vehículos y aparatos que hagan uso de sistemas y equipos electrónicos. Son precisamente dichos daños los que han interesado a muchos ingenieros militares a construir armas que lo maximicen.

Destello luminoso: Lo primero que se hace presente, a simple vista, en la explosión de una bomba atómica es su potente destello de luz. Y esto es solo una pequeña parte de los fotones emitidos. La mayoría poseen longitudes de onda mucho más cortas que van desde los rayos X al gamma extremo. El destello se propaga a velocidad c y cegará temporalmente a toda persona que se encuentre mirando en la dirección de la explosión en un radio de 500 km. Para los que se encuentren en distancias cortas las lesiones oculares pueden llegar a ser permanentes. En una bomba de 20 Mt la emisión de luz intensa duraría en torno a 17.3 s.

Pulso térmico: Tras el primer fogonazo lumínico se puede distinguir una gigantesca bola de fuego que se forma casi al instante. A partir de ese momento la bola de fuego esférica se expande lentamente hasta estabilizarse y empezar a disgregarse. El proceso es bastante complejo y se origina a partir de una serie de fenómenos químicos y radiantes muy poderosos que se dan en las cercanías de la explosión.

Onda de choque: Las ondas de choque no son más que ondas de presión como lo es el sonido por lo que viajan a su misma velocidad. Los explosivos convencionales se basan en la expansión repentina del aire para provocar una onda expansiva que golpee sobre construcciones y personas. El aire tremendamente caliente del epicentro no solo se expande sino que también asciende dejando un vacío en el área de la explosión. La onda expansiva impide que aire más frío llene ese espacio hasta que esta ha pasado. Entonces es cuando se forma el reflujo. El aire cae sobre el vacío dejado por una corriente ascendente de gran velocidad que se lleva cenizas, escorias y polvo de la explosión. El reflujo es más un viento huracanado que una onda de choque pero puede igualmante contribuir a avivar más las llamas de los incendios y a terminar de derribar construcciones muy debilitadas. Se produce así una corriente convergente sobre el punto cero que termina en una zona de ascenso vertical donde poco a poco se va levantando el característico hongo nuclear. En las bombas termonucleares este hongo llega a altitudes estratosféricas por lo que la permanencia de las partículas en suspensión será mucho más larga que en las bombas menos potentes. En cualquier caso la ceniza y el polvo en ascenso pronto oscurecen la zona próxima a la explosión quedando solo iluminada por los incendios imposibles de sofocar. Para una bomba típica de 20 Mt en 20 km a la redonda no quedarían más que escombros.

Lluvia radiactiva local: Los daños inmediatos terminan finalmente con el fallout o lluvia radiactiva local. Gran parte de las cenizas y polvo en ascensión procedentes de la explosión empiezan a depositarse de nuevo sobre el suelo horas después. Todo este material está sumamente irradiado. Esto incrementa los niveles de contaminación radiactiva de la zona pero no solo eso. Llena el aire de partículas que pueden ser ingeridas por todos los supervivientes en el área por vía respiratória. Su acumulación en la piel ya es de por sí nociva; no hace falta imaginar los daños que conlleva respirar dicho polvo. 

Oscurecimiento radioelectrico: El oscurecimiento o blackout es, también, un efecto colateral de la radiación ionizante. Como se ha explicado los rayos gamma emitidos por una detonación nuclear ionizan todo el aire en kilómetros a la redonda. Cuanto más potente sea la bomba mayor será ese radio. La ionización inicial se transforma en la onda termocinética ya descrita pero tras la destrucción inicial sigue quedando un volumen de aire remanente altamente ionizado y excitado. El blackout es producto de dicha ionización así como de la sobreexcitación electrónica y se produce porque los iones empiezan a neutralizarse captando electrones libres y los electrones excitados a caer a niveles energéticos más bajos. Al captar un electrón se libera un fotón de energía según los niveles cuánticos del átomo o molécula que se neutralice. Este fotón suele ser de baja energía y el fenómeno multiplicado por los millones de átomos y moléculas captando electrones a la vez produce una emisión saturante que genera un ruido radioeléctrico que impide el paso de las ondas electromagnéticas de baja frecuencia. Es decir ondas de radiomicroondas... Este efecto puede durar desde unas pocas horas a semanas y depende mucho no solo de la potencia de la bomba sino también de las condiciones atmosféricas en la zona que pueden hacer que se renueve y mezcle el aire rápidamente o que permanezca la bolsa de aire ionizado durante varios días.

Mapa de uso de energía y armas nucleares



Efectos retardados:

TerremotosLa onda de presión de explosiones subterráneas pueden propagarse a través de la tierra y causar terremotos menores.2​ La teoría sugiere que una explosión nuclear podría disparar rupturas de fallas geológicas y así causar un seísmo mayor a distancias de pocos cientos de kilómetros del punto de impacto.3
efectos retardados:
incendios: se dan en sentido de la dirección del viento y las bolas o bola de fuego depende del tamaño de de la explosión y los vehículos gasolineras y otros detonantes en medio del radio de la explosión.

Contaminación radiactiva: La contaminación radiactiva proviene de los materiales y subproductos producidos en las reacciones de fisión. Este efecto no se debe confundir con la lluvia radiactiva local. La contaminación radiactiva que permanece tiempo después de la detonación lo hace de dos formas. Por una parte los terrenos colindantes suelen quedar no solo irradiados por la radiación ionizante sino también por los desechos radiactivos de la propia bomba. Estos desechos serán mayores o menores según sea el tipo de bomba. 

Destrucción de la capa de ozono: abundantes óxidos de nitrógeno en la atmósfera y por el propio calor de las explosiones. Esto llevaría a una sinergia producida por el propio holocausto que se materializaría en un aumento de la radiación ultravioleta y por consiguiente una potenciación de las malformacionesesterilidadmutaciones y cánceres ya muy incrementados por el aumento de radiactividad en el ambiente.

Invierno nuclear: Se consideran dos efectos climáticos conocidos. Ambos van encaminados a incrementar el nivel de oscurecimiento global. Por una parte se hacen más absorbentes las capas altas de la atmósfera mediante el aporte de cenizas y polvo procedentes de los incendios y detonaciones. Esa capa oscura tapa los rayos solares como un manto oscuro. Se sabe que una alta atmósfera más cálida conlleva una superficie más fría y eso es lo que ocurre. Asimismo, como se ha comentado antes, las detonaciones atmosféricas generan grandes cantidades de óxidos de nitrógenoGas que a baja altitud contribuye al calentamiento (efecto invernadero) pero que a las alturas a las que es transportado por las explosiones nucleares se convierte en un potente gas reflector, que absorbe y priva a la superficie de una parte importante de la radiación que incide sobre la Tierra.
Todo esto hace que la Tierra se enfríe durante los días siguientes al conflicto nuclear siendo este enfriamiento tanto más importante cuanto mayor haya sido el número de megatones detonados, así como el número de ciudades atacadas.

Desestructuración de la sociedad: cabe pensar que si el ataque es generalizado, sobre amplias regiones continentales, afectando a sus principales centros industriales y núcleos de población el daño producido será inimaginable. Para empezar la capacidad de la sociedad para recuperarse quedará reducida al mínimo. Los pocos hospitales y ambulatorios que siguiesen en pie quedarían colapsados a las pocas horas del ataque. La atención clínica eficiente sería inviable. Escasez de medicamentos, imposibilidad de importar más ni de recibir ayudas de países vecinos si estos también han sido atacados. Asimismo la electricidad puede pasar a convertirse en un bien preciado. Las pocas infraestructuras que aún funcionen tendrán que echar mano de electrogeneradores de combustible. La red eléctrica estará fuera de servicio y la mayoría de las operaciones se tendrán que hacer a oscuras y sin las más mínimas condiciones de higiene ya que el suministro de agua potable probablemente se habrá cortado. La telefonía fija y móvil también habrá quedado inhabilitada, ocurrirá lo mismo con la distribución del correo.

Sinergias:
  • La detonación provoca heridas en multitud de personas y también las somete a altas dosis de radiación.
  • Una irradiación provoca mayor predisposición a sufrir infecciones así que las heridas que hayan sufrido pueden agravarse con mayor probabilidad.
  • Asimismo la destrucción en infraestructuras es tan grande que la insalubridad y la muerte campan a sus anchas por las calles y no tardan en aparecer las enfermedades sin que haya hospitales que puedan hacer nada dado que las ciudades vecinas también han sido bombardeadas.
  • Dado que el ataque es sobre los principales centros neurálgicos toda la infraestructura de extinción de incendios ha sido severamente dañada si no anulada por completo. Ello conlleva que los incendios ardan libremente durante días, semanas o incluso meses.
  • La radiactividad debilita las defensas de las víctimas por lo que éstas contraen las enfermedades con mayor facilidad.
  • El reflujo tras la explosión provoca una corriente convergente sobre la zona cero que aporta aire fresco al gran incendio originado por la bola de fuego térmica. Este nuevo oxígeno aporta comburente a las llamas y la corriente de aire las aviva y las propaga. Con mucha probabilidad y si las condiciones atmosféricas acompañan se forma una tormenta de fuego.
  • Si el ataque ha sido generalizado la idea de ver la propia civilización reducida a ruinas coloca al individuo en un estado de postración que no le ayuda a superar sus dolencias e incluso le acaba llevando a la muerte con resignación.
  • Ante la situación de caos y descontrol bandas de gente que antes se encontraban en el escalafón más bajo de la sociedad ahora se entregan al pillaje y el saqueo. Si la ley y el orden han sucumbido también lo hacen los buenos modales. Puede que la vida pierda valor rápidamente, así como que se recupere el valor concreto de ciertos recursos (el dinero pierde su valor abstracto).
Efectos en victimas sobrevivientes de alto alcance de explosión por bomba nuclear






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